26 de agosto de 2010

José Luis Gallero

José Luis Gallero fotografiado por Alberto García-Alix

Tuve la suerte de leer El camino más largo casi por casualidad. Apareció dentro de la colección Monosabio que hasta hace poco tiempo publicaba el ayuntamiento de Málaga. Sólo puedo decir que tardé bastante tiempo en recuperarme. Impresionante, magnífico, espléndido. Uno de esos libros que justifica una vida entera.

Nota biográfica
José Luis Gallero (Barcelona, 1954), poeta, editor y crítico de arte. Ha publicado: Antología de poetas suicidas (1989 y 2005), Sólo se vive una vez. Esplendor y ruina de la movida madrileña (1991), Ocho poetas raros (1992), La vida imposible (1992), 88 Fragmentos (2003), El camino más largo (2006), Tintas comunicantes (2006) y Heráclito. Fragmentos e interpretaciones (2009).

CACTUS

Los que buscan oro cavan mucho y encuentran poco.

Heráclito [Fragmento 22]

1

Una certeza que nunca cambiará en nosotros: todo aquello que

para la supervivencia práctica carece de importancia, precisa ser

honrado.Trabajadores en la zona de sombra del lenguaje,explora-

mos el abismo sin fondo de la claridad.

2

Una buena noticia podría desmoralizarnos,nunca una mala.Kiló-

metros y kilómetros de angosta realidad remonta la caravana del

sueño.No se nos pide traspasar el límite,sino vivir en él.No es

indispensable descifrar el sentido, sino aprender música: advertir

una nota callada,un sonido inaudito en la vasta partitura.

3

Cautivo en la cárcel de cuanto no está a su alcance expresar,

madura el escritor su ineludible fuga.

13

4

Se finge escritor,pero en realidad es un músico.Hace desaparecer

las palabras.

5

El otoño agasaja a los muertos con flores de níspero.Acostumbra-

das a temblar,las columnas de la ciudad conservan su equilibrio.

Esbeltas palmeras recortan su silueta en el cielo naranja del ama-

necer,en el rojo pomelo de la tarde.

6

Desde la sima del incesante entremezclarse de las estaciones, un

desorientado deseo de vivir —cristalina fe sin rumbo— retorna

sin descanso al punto de partida.Escribir no es otra cosa que tra-

bajar en un basurero.La cuchilla de la soledad afila cada párrafo.

7

Como peces de colores en el interior de un acuario,parpadean los

aviones que cruzan la noche.Me pregunto hacia dónde.Preparo

té con agua de lluvia y miel del desierto.Destierro de mi corazón

los caminos forzados.


EL CAMINO MÁS LARGO

Con razón se llama padre tan sólo a quien llega a

ser hijo de sí mismo.

Heráclito [Fragmento 50;

reconstrucción Gadamer]

Cuando cumplí seis años mi padre me regaló unos guantes de

boxeo.En el combate contra la perplejidad,su escuálido cuero no

ha dejado de proteger mis puños desde entonces.

G

Viajero que partía,abandonó una maleta colmada de novelas poli-

cíacas e historias del Oeste.Sus lecturas en el curso de incontables

jornadas en tren.

G

El empeño de mi madre por ahorrar —hasta la última cerilla— se

convirtió en mi obsesión por el ayuno en la escritura. Flacos

como galgos,los vocablos perseguían invisibles intuiciones velo-

ces como liebres.

G

Mi abuelo murió loco. Su viuda pedía limosna en la puerta de la

catedral,me compraba helados,murió loca.Sueño.Recojo los peda-

zos de mi vida esparcidos por el torbellino.Alguien —riendo— me

entrega uno de ellos.

G

41

Si cerraba los ojos podía compartir la oscuridad del hombre que toca-

ba la guitarra con los ojos vendados.En el hospital donde convalecía-

mos,sus canciones dejaban entrever la existencia de al menos una meta

legítimamente deseable:no perder la alegría,no volverse estúpido.

G

La estupidez es el compromiso con la cobardía y la demostración

de la mentira de que no le es posible al amor transformar el mun-

do,de que no le es posible a la poesía transformar el mundo.

G

¿A qué carta quedarse con el personaje que uno se brinda a sí

mismo? ¿Observarle desde el puente o enviarle como observador

al puente? Observador u observado,duda si reír o llorar,sentirse

agradecido o desolado.

G

Con extrema fatiga aprendemos el idioma de un país deshabita-

do, de un país inhabitable. Obreros de la eternidad, depositamos

nuestro granito de arena en el abismo.Mudos,sentimos en la piel

el fulgor de la intemperie.


ESCORIAS

En la circunferencia,el principio y el fin coinciden.

Heráclito [Fragmento 103]

AUNQUEseparados por más de mil quinientos años, la lengua

materna de ambos fue el latín.Pese a estar,o por el hecho de estar,

profundamente comprometidos con la realidad de su tiempo,

prestaron mayor atención al estudio de sí mismos que al espectá-

culo de la época.«Me bastan pocos;me basta uno;puedo conten-

tarme con ninguno», observa Séneca. «Soy yo mismo la materia

de mi libro», advierte Montaigne. La misma complexión moral,

idéntico don para rehuir los caminos ociosos. No seducidos por

otra expectativa que la honestidad,el estilo es para ambos la con-

ducta.Persuadidos de la estrecha alianza entre el cuerpo y el espí-

ritu, no esperan de la filosofía otra recompensa que la salud.

«Permanecer tranquilo y contemplar aquel mercado sin comprar

ni vender nada» (Séneca). «Quiero que la muerte me encuentre

plantando mis nabos,pero sin preocuparme por ella,y menos aún

por mi jardín imperfecto» (Montaigne).Aficionados a las disquisi-

ciones fúnebres,la educación para la muerte los mantiene vivos.

«¿Ignoras que morir es también uno de los deberes de la vida?»,

pregunta Séneca.«Recibo un gran consuelo con los pensamien-

tos sobre mi muerte»,afirma Montaigne.

Los buenos muertos saben regresar.

LLEGARhasta el cabo de uno mismo sólo para desprenderse más

completamente de todo bagaje,de todo hilo conductor conocido,

de todo tesoro de verdades,avisos,consejos,iluminaciones.

69

EL punto de partida es un deber —de hacer el bien— que nun-

ca defrauda.

PRIVILEGIOdel error, iluminar la conciencia. Prodigio de la

limitación,hacerse infinita.

NADAque indagar,salvo ese mientras tanto que casi impercepti-

blemente se transforma en nuestra casa y nuestra causa.Nada que

hacer,salvo ese trabajo que aumenta a medida que avanzamos.

SI amas la puntualidad,no ahorres en rodeos.

A COSTAde arruinar la memoria práctica, el hachís ahonda la

percepción de las cuestiones sin fondo.

HACERSEfuerte:renunciar.

70

POEMA,novela,ensayo,reportaje:¿cuál es la diferencia? No ele-

gimos seriamente la escritura mientras no descartamos cualquier

posibilidad de vivir que no cuente con ella.

EN la trabazón de las palabras y los días, esfuérzate sin prisa.

Cuanto menos parezca sonreírte la fortuna,más a salvo estarás de

la calamidad.

SIN duda son los niños quienes impiden a cada instante que el

mundo sucumba.

VIVIRcomo buenas personas,difíciles o no;como buenos artis-

tas,fallidos o no;conscientes de que semejante ocupación no deja

tiempo para nada.

POR el camino sin solución,el poeta —que de la debacle de los

contrarios rescata contradicciones acordes— se adentra algunos

pasos;lento,ha de estar siempre alerta;torpe,rectificar sin tregua.

71

EN su incesante desencadenarse,el deber —el sentido del cum-

plimiento del deber— posterga toda perspectiva de retribución,

hasta convertir el aniquilamiento de la idea misma de retribución

en prueba de su imperio.

CONFUNDIRSE cada vez hasta el final, para no confundirse

siempre a medias.

SÓLO a condición de agotar —propósito colmado de tentativas

frustradas— todas las posibilidades de desacierto, desciframos la

verdad de la escritura:su perenne promesa de sentido.

¿QUÉ deuda salda en nosotros la escritura? ¿De qué sosegada dili-

gencia nos hace tesoreros? ¿Qué extraña operación —perder el

tiempo,perderse en el tiempo— pone en marcha? Presta siempre a

descorazonarnos,¿qué cultivamos en ella? ¿La sonrisa del silencio?



1 comentario: