27 de julio de 2010

Manuel del Barrio Donaire


Nota bio-bibliográfica

Manuel del Barrio Donaire (Úbeda, 1977) escribe poemas, ve la tele, vive en Málaga, trabaja en una librería, bebe cerveza Alhambra, estudió y creció en Madrid, en 2008 obtuvo el Premio Nacional de Poesía Princesa de Éboli por su poemario Confesiones de un Soltero Autopoético (Point de Lunettes) que se publicó en 2009, ha escrito otro poemario que se titula Alguien que sea yo (Huacanamo) y que saldrá a la venta en Febrero de 2011. Como vive solo, Manuel quiere que alguien le regale un perrito para que le haga compañía y le ladre y le mire fijamente. El 18 de julio terminó de escribir su tercer libro: Un Ojo Izquierdo llamado Danilo T. Brown, que por ahora no tiene editor. Además de todo esto, Manuel procura (sin conseguirlo) llevar una vida tranquila y tiene cuatro blogs.



SELECCIÓN DE POEMAS


POEMATIZAR

Sentarse en una silla dice tu horóscopo

pedir un ice late mediano con azúcar, vaso de plástico, pajita,

abrir el MacBook Air para escribir el mundo, el café, el vaso de plástico, la

/pajita.

La certeza de escribir y marcharse dentro de una hora

de este local con aire acondicionado, levantarse de la silla y no estar solo,

salir a la calle Alcalá con 237 palabras por delante,

como una procesión, como un cortejo fúnebre,

como la línea discontinua de una carretera o un tren de cercanías.

Escribir que en la mesa de al lado un tipo abre su portátil,

que no es un Mac,

y bebe un líquido amarillento con hielo, vaso de plástico, pajita,

un líquido luminoso que parece té o pis de gato,

el tipo es joven, pelirrojo, alternativo, zapatillas de tela con cuadraditos blancos

/y negros, camiseta oscura de algodón, los dientes limpios.

Te pregunta si hay internet, perdona, que si hay wifi

y contestas que no, que ya no hay wifi.

Entonces el joven alternativo guarda su portátil,

que no es un Mac,

y saluda a una chica rubia que acaba de llegar,

dos besos, hola, hola, y le dice que no hay wifi, no jodas,

terrible, y no saben qué hacer. Se miran.

La rubia también trae un portátil, trae una funda de neopreno tamaño portátil,

por lo que es fácil deducir que dentro hay un portátil que necesita una red wifi

para cumplir la función básica de todo ser humano.

Después de nacer y crecer el ser humano

necesita conectarse, beber café, refrescos con burbujas,

ir a la universidad, follar, hacer trabajos…

si no hay wifi la vida se detiene,

la rubia y el joven alternativo con zapatillas de tela con cuadraditos blancos y

/negros se van,

adiós, buscan un espacio con wifi y aire acondicionado

para prosperar, reproducirse, sacar el curso adelante, vivir la vida.

(de ALGUIEN QUE SEA YO)


CUENTOS POR PALABRAS

Y te pide una palabra. Así es Pauline.

Aparece de pronto en la puerta de una zapatería y te dice hola,

con la boca llena de flores o de peces, te dice, no sé, te habla de ciudades,

de cosas que son como cuerpos de mujeres enfermas,

se tapa los ojos con las manos y te pide una palabra. Así es Pauline.

Dame una palabra, dice, y tú no sabes para qué, pero coges y se la das.

Dices “contrito” o “libélula”, dices, “consustancial”

entonces ella te da las gracias y se va corriendo.

Tú sigues con las cosas de la vida, ya sabes, los hechos, las acciones, el movimiento

característico de los seres vivos que te obliga a desayunar por las mañanas.

Eliges la ropa estudias comes trabajas mueves la cucharilla dentro de la taza de

/café.

A los pocos días vuelve a aparecer. Así es Pauline.

Aparece de pronto en una calle llena de charcos y te dice hola,

entonces te abraza y tú respiras profundamente porque los abrazos de Pauline

huelen a pastel de chocolate y manzanas verdes.

Luego te dice aquí lo tienes, y te da un papel doblado muchas veces.

Lo abres con miedo, como si algo pudiera quebrarse,

y descubres un cuento o un poema

que se titula “contrito” o “libélula”, que se titula “consustancial”.

Cuando lo lees no entiendes nada. Lo lees y las palabras se confunden,

significan eso y lo otro, yo hablo, hablo, pero el que me escucha sólo retiene

las palabras que espera. Así es Pauline.

(de CONFESIONES DE UN…)


LO DE SIEMPRE

Hay una manera de escribir que busca, no encuentra

más que por accidente o por gracia, y sigue buscando.

Christian Bobin

Y sin embargo uno prefiere no arreglar lo que se rompe.

Llevo 30 años atándome los cordones y follando más de lo estrictamente

/necesario

mientras busco algo que no sé dónde coño anda.

Busco las llaves del coche, un cd que no sé dónde está, el libro este,

el otro calcetín a rayas, busco en el caos y en el desorden de mi armario,

en los cajones, en los bolsillos del abrigo.

Pierdo monedas, lápices, papelitos con cosas apuntadas.

Me pierdo a mí mismo en los pasillos de algunos hospitales, en los hoteles.

Tal vez por eso escribo,

para encontrar lo que busco o para enumerar todo eso que voy perdiendo

y que no se me olvide, para poder mirar atrás de vez en cuando

y distinguir lo que ahora soy de lo de antes.

Me gustaría pensar que escribo para llegar más allá de la gramática y de los

/cuerpos

de aquellos que se montan conmigo en un vagón de metro. Que escribo

para atravesar paredes, para darme la vuelta y ver lo que tengo detrás

que tanto me molesta, que se me clava en la espalda por las noches como se me

/clava

el iPod cuando me quedo dormido escuchando música.

Pero llega un momento en que toda tu vida pasa por ese

“qué voy a hacer yo ahora”

tan distinto de follar o de atarse los cordones.

La necesidad de alcohol es como la necesidad de sexo, de carne,

de filetes de pollo o de empanadas de atún. Un alimento, las vitaminas

que te receta el médico y que te dan en la farmacia en botes de color naranja.

El tiempo.

Ese patio interior que nos separa de un niño salido y con granos que se hace

/pajas

mientras espía a la vecina de enfrente tender la ropa.

Uno ya no puede bajarse los pantalones con tanta rapidez.

Desabrocharse el cinturón y entrar en un dormitorio a toda prisa con las luces

/apagadas.

Entrar, penetrar, introducirse en.

Hay que pensar un poco, decirse para qué, por qué, qué es lo que quiero, lo que

/busco.

Los niños no se preguntan estas cosas, se sacan los mocos y los pegan

debajo del pupitre, se tiran de los pelos, le suben la falda a la tía buena de la

/clase

y mean en la calle, en cualquier lugar.

Pero de pronto llega un día en que eres capaz de apagar el despertador a la

/primera.

Te afeitas, compras el periódico, vas al trabajo,

haces un montón de cosas por las que tu empresa te paga mil y pico euros al

/mes.

Contestas al móvil, asistes a reuniones, rellenas tablas, sumas, restas,

/multiplicas.

Tienes que llegar al presupuesto.

Has ido a la universidad, tienes títulos, diplomas, palmaditas en la espalda,

te has esforzado tanto para llegar aquí.

Lo de leer libros y escribir gilipolleces sólo son cosas de críos,

mocosos que no van a llegar a nada en la puta vida.

Y qué difícil es reconocer que uno sigue siendo un crío, un manojo de nervios

y de cosas tiradas por el suelo, calcetines, libros, fotografías, tickets de Zara.

Qué difícil es ir a las reuniones de vecinos y decir

“presente” o “tengo goteras en el cuarto de baño, joder”,

qué difícil es ir al banco y abrir una cuenta a plazo fijo

o levantarse pronto los fines de semana para hacer las tareas domésticas,

la lejía, el suavizante, lavar esto, fregar aquí, sacarle brillo a la encimera.

Programar una lavadora es algo que te obliga a crecer 15 años de repente,

pero tienes que hacerlo. Tienes que sobrevivir. Hacerte un hombre.

Nacer. Crecer. Emborracharse. Falso orden que disimula el caos,

vida profunda en la que toco el agua terrible con la punta del pie.

(de CONFESIONES DE UN…)


¡CANTA OH MUSA!

Para María Jesús (la rubia)

No es lugar para poetas

va y me dice una rubia en un local

lleno de humo y de cuerpos y de vasos

y cómo has dicho que te llamas dos

chupitos por favor que no te oigo

y qué lugar entonces será ése

el Parnaso París un cementerio

uy qué ocurrente jajaja y qué tonto

no gracias de verdad que ya no bebo

y digo yo que no hay mejor lugar

y grito ¿qué? que no hay mejor lugar

que este lugar con poca luz y poco

oxígeno y el hambre para ser

poeta y ser 1+1 cualquier

día de la semana en este bar

que no es lugar según la rubia para

y porque lo importante aquí es bailar

y ser guapete y blablabla con cierta

gracia moviendo la colita como

un perro si la rubia dice tal

o si la rubia o sea qué fuerte dice

ser poeta y ser nariz y ojos y boca

de poeta y barba larga de maíz

y la rubia una y mil veces la rubia

con sus mechones pechos manos rubia

y sus zapatos ser metro noventa

de poeta al otro extremo de la barra

y ayer vi una película y por esto

y ayer vi una película y lo otro

sin boli sin papel y sin gomina

lo sabes y lo piensas no se puede

es imposible ser aunque lo escribas

y menos a estas horas y en un bar

por mucho endecasílabo y la rubia

a veces venga vale sí tal vez

lo cual escrito en prosa significa

canta oh musa que te vayas a la mierda.

(inédito)


INSTRUCCIONES PARA ESCRIBIR COMO DIOS MANDA,

ES DECIR, SIN PALABROTAS

Era hermoso follar bajo los árboles

Dionisio Cañas

evoluciona, dicen, crece, avanza

los poetas, las señoras, las abuelas

escribe nuevos poemas nuevos, dicen,

abrígate hijo mío, utiliza las dos piernas,

camina erguido, talla el sílex,

ya eres todo un homo sapiens,

descubre el fuego

el arte, el arte,

la música, la cueva

y no escribas follar ni escribas polla

y aféitate por dios, mira qué pintas

y no lo toques más si escribes algo

intenta escribir algo, dicen,

intenta escribir limpio, pulpo, exacto,

paloma, sustantivo,

invierno es todo frutas y linternas

olvidadas,

palabras oxidadas

como palabras que no puedes

decir, que sí, que no, que no, que sí, que no

palabras que tampoco o nunca o sólo

a veces, cuervo, enjambre, empuñadura.

cuando escribo follar escribo vida

bisonte, flecha, música, instrumento

algo redondo como un clítoris redondo como un plato

que se puede apretar entre los dedos,

y lamer y dejar sobre la mesa

el poema limpio, el poema higiénico

el poema con la cesta y las manzanas

el arte, el arte,

el niño bueno

que no puede escribir follar

porque eso no se escribe

ni se hace,

orgasmo, polla, coño, teta, semen.

(inédito)



24 de julio de 2010

Luis Arturo Guichard


Nota biográfica

Luis Arturo Guichard nació en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas (México), en 1973, y reside en España desde 1997; trabaja como profesor de Filología Clásica en la Universidad de Salamanca. Es autor de numerosos trabajos de crítica literaria, ensayos y traducciones, y de tres libros de poesía: Los sonidos verdaderos (México, Juan Pablos-Unicach, 2000), Nadie puede tocar la realidad (Littera Libros, 2008) y Versión aérea (en prensa, Luces de Gálibo).



El orden de las cosas
Todo estaba repartido desde el principio
A la jirafa, un corazón de pozo profundo
A Ulises el divino, los nudos de su balsa
A cada siglo, su propio cuchillo afilado
A cada máscara, un solo personaje
Al agua, no pasar del cuello
Al vértigo, la inmovilidad si la desea
Al llanto de Demócrito, la risa de Heráclito
A los amigos, más de lo posible
A la hija única, todas las fotografías de su madre
A los padres de todos, que nada cambie demasiado
Al día, la amenaza del infinito
A las vacas de peluche, el mito de Europa
A la tierra plana, otras cosas bellas que no existen
A la ciudad, un círculo, una línea y buena suerte
A los libros, que valgan al menos lo mismo
que un minuto de realidad
Al camello, el reino de los cielos directamente
Al lugar en que se nace, una maleta con brújula
Al lugar en que se muere, otra (y juro que existen)
A la mierda, tantos años de hambre
A Narciso, un estanque limpio
A los caminos laterales, que se vuelvan centrales
(y a los centrales, que se vayan de fiesta)
A la luz, ser monopolio de un solo sentido
A los amantes, hacer largo su viaje
A los poetas jóvenes, tres manuales de métrica
A los poetas mayores, ver lo que veía Rilke
A la alegría, una manzana, un Buda y un relámpago
Al azar, todo lo demás


El camino hacia arriba y hacia abajo
Asomado al lago he visto dos caminos.
Uno comienza en mi habitación y crece,
se convierte en calle, árbol frondoso,
paseantes en Hyde Park, ciudad, país,
galaxia, que armónicamente se multiplican
dejando caer a su paso, como al desgaire,
lo que después llamaremos tiempo.

El otro comienza en ese algo sobre nosotros,
lúcido y visible cuando toma forma
de Osa, Gemelos y Cochero,
se empequeñece de pronto, se rinde,
se convierte en galaxia, país,
Charleville, mi habitación, este recuento.
Se encoge como el adulto al que agobia su poder
y se refugia en un caramelo.

No hace falta Heráclito para saber que los dos
caminos son uno y el mismo.

El camino hacia arriba y hacia abajo
es bastante menos que dios
pero es mucho más de lo que necesito.

Matutino

Num dia excessivamente nítido…

–Alberto Caeiro, O Guardador de Rebanhos, XLVII

Aunque ya se sabe que nunca se vuelve

qué placer los dedos sobre la misma taza,

el libro que la memoria ya no necesita, abierto

hacia la misma plaza de todas las mañanas

y que todo lo nuevo pase de largo.

Resistirse otra vez al impulso

y ver alejarse entre la luz de un día

excesivamente claro

la línea que de una vez, ahora sí,

contenía en once sílabas el enigma

completamente descifrado.


Contrarios que no se tocan

Yo estoy del lado de la niebla.

En primer lugar porque cae,

que es menos pretencioso que elevarse.

También porque hace magia de fiesta de niños:

pone el pañuelo, oculta las cosas un momento

y las deja luego como estaban.

Hace que los campos más comunes

se conviertan en bosques artúricos

y que se pueda escribir en la ventana con el dedo.

Es sencilla y no sirve para nada.

Se da cuenta y se marcha por sí misma.

Yo estoy del lado de la niebla

pero siempre han ganado los adoradores del humo.


Ya no hay caminos

Los caminos sólo existieron

mientras la tierra fue plana.

Avanzaban rectos, decididos,

dueños de la realidad de la línea,

sin cruzarse nunca antes de llegar al abismo

y caer, más largos aún, en busca de otra tierra.

Sólo entonces existieron los viajeros,

los que tenían ojos habituados

a un horizonte inmóvil,

los que sólo sabían dónde dormir esa noche,

los que no conocían la debilidad del círculo

ni el consuelo de volver al punto de partida

si seguían caminando una vez perdidos.

Ahora todos los caminos tienen señales

y ya no podemos perdernos

si no es dentro de nosotros mismos.

22 de julio de 2010

Déborah Vukusic


Nota biográfica

Déborah Vukusic: ½ gallega + ½ croata... Nace el 23/05/79. Licenciada en Filología Hispánica por la U. de Alcalá de Henares y en Arte Dramático por la R.E.S.A.D. Completa su formación filológica en la U. de Toulouse-Le Miraîl y la interpretativa en talleres del Teatro de La Abadía y con maestros como Marcel Marceau, B. del Barrio, Jaime Chavarri, R. Navarro, Monique Martínez, Matthieu Pouget y Hope Hartup. Codirige la revista de investi-gación filológica Barataria dos años.
Como filóloga y actriz, ergo camarera, se pluriemplea en proyectos varopintos: monitora en Team Buildings para Red Eléctrica y Disney / Animadora en inglés para empresas de eventos, en mercados medievales con la cía., La Recua y de teatro clásico en El Tren de Cervantes / Presentadora en el I Concurso para grupos noveles de la Sala Caracol / Lectora de guiones de alumnos de la U.C.J.C. / Dobladora publicitaria en francés / Locutora poética para radio El último romántico IMEFE / Colaboradora en recitales poéticos y en tertulias literarias televisivas / Coach de serbo-croata para la serie de t.v. Quart... y para el largometraje En tierras altas... / Profesora de teatro para niños...
Se estrena en cine con Álvaro del Amo y continúa su andadura con César Bakken como protagonista en ¿Quién eres? (El poder de la mentira). En teatro ha sido dirigida por directores de la talla de Fabrice Melquiot en Je rien, te deum o Ernesto Caballero en Presas de I. del Moral y V. Fernández; entre otros. En televisión participa en El comisario, así como en cortometrajes de J. Alcaraz, D. Oremar y A. Llinàs y en un vídeo-arte del gallego Simón Pacheco: ... Namentres en Ítaca.
¿Poemarios? Tiene algunos en constante autodestrucción aunque ha presentado en público sus textos: Los versos de lo oscuro en Artépolis (fragmentos publicados en diversos fanzines y en el número 6 de Nayagua, Revista de poesía del Centro José Hierro) y Guerra de identidad (Baile del sol, 2008 - reedición, corregida y aumentada, 2009), bajo su título anterior Me llamo Déborah Vukušić en CdP (Circo de Pulgas / Centro de difusión Poética). Participa en la antología 23 Pandoras. Poesía alternativa española (Baile del sol, 2009).


Un poema de Déborah Vukusic

cuento cuentos
me cuento cuentos a mí misma
cada noche
para recordarme la ilusión que perdí
los niños quieren que les lean el mismo cuento
una y otra vez
se lo apreden de memoria
y cuando los padres se equivocan
o se saltan algún párrafo
para agilizarles el sueño
los recriminan y piden que vuelvan atrás
así se cambian los roles
y son los niños
quienes dicen a los padres
lo que deben hacer o decir

cuento cuentos
me cuento el mismo cuento cada noche
para decirle al futuro
cómo tiene que ser